Un sueño que pocas veces se hace realidad, por Antonio Baena
Conocí a Señorío de Montanera en el año 1998, por aquel entonces era poco más que un trío de ganaderos tradicionales del ibérico que se juntaron para “hacer algo” con sus cochinos ibéricos puros y de bellota y compartiendo una reciente “vacuna” en forma de trato de compra/venta desleal. En aquella época Señorío de Montanera maquilaba su producción y participaba minoritariamente en una agrupación de industriales del ibérico que nació en Higuera la Real, para extenderse en poco tiempo a Zafra y Salvaleón.
De una manera extraña y a contracorriente, ese grupo inicial ha sido capaz de crecer y de consolidarse tanto en número de socios, como en instalaciones y producción, pero sin olvidar sus raíces ganaderas muy cercanas a la raza ibérica en pureza, a la dehesa y a Extremadura.
Ese sueño que todo productor tiene de avanzar en la cadena de la transformación hacia el consumidor, pero sin perder su esencia y manteniendo el control sobre su producción, se ha hecho realidad en Señorío de Montanera. Ahora el disfrutar de instalaciones punteras, de vender producciones de reconocida y certificada calidad y de exportar una parte significativa de su producción en el mundo, son una realidad, y el seguir pensando que en la linde de su finca no se acaba el trabajo, pero tampoco en la frontera de su región, ni su país, ni siquiera de su continente, es lo que hace moverse a Señorío de Montanera buscar degustadores de sus productos en los Estados Unidos de América, su más novedoso proyecto.
El que este grupo haya sido capaz de llegar a donde está ha sido debido a la suerte. A la suerte de que una pareja de señores se conociera, y que se juntaran, y que apostaran por la idea y por el proyecto, y la suerte que cada uno represente a la Fuerza, uno por el lado más visible y evidente, y otro por el “lado oscuro”, que es tan necesario o más que la Fuerza en sí mismo. Y que esta pareja tuviera la suerte de convencer al resto de los socios y colaboradores para seguir en la tarea continua y nada fácil de montar una de las empresas líderes en el mundo del ibérico y primeros productores de la Denominación de Origen Dehesa de Extremadura, en mi opinión la DO más estricta y seria en su funcionamiento del mundo ibérico, hecho refrendado cada año por ser los cochinos de bellota cotizados más caros del mundo. Y la suerte… que ya dirán ustedes que de mucha suerte estamos hablando! Porque no ha sido suerte, si no trabajo, inteligencia, saber hacer, caer y levantarse, errar, corregir, arriesgarse, paciencia, perseverancia, dedicación, amor a lo bien hecho, tradición, sufrimiento, etc… que es a lo que muchos llaman suerte.