Señorío en Japón II.
Ahora voy en el tren bala de Tokyo a Nagoya, que en japones se dice Shinkansen. Hay miles de casitas de dos o tres plantas de teja gris oscuro y como de porcelana. La energía eléctrica va por medio de las calles en postes grises y los cables van forrándose de negro y amarillo. Me choca porque en España van enterrados. Las llanuras que no están urbanizadas esta formada por parcelitas de 1/10 de ha. En Extremadura serían mini mini fundios. A veces ocupada por invernaderos de cristal primorosamente cuidados y limpios. Cuando el tren discurre entre colinas están cubiertas de bosques densísimos o de campos de te que están cuidados como los green de los campos de golf. Todo está impecable.
No he visto ni un sólo cerezo en flor en todo Japón. Parece que en la zona de Tokyo se espera en la primera semana de abril. A pesar de que en verano el clima aquí es subtropical y muy lluvioso el invierno es bastante frío y con poca luz por las lluvias y las nieblas.
Veo las montañas a lo lejos pero la bruma me impide ver al monte Fuji (en japones Fujiyama). La montaña sagrada de Japón.
Hoy me he llevado una sorpresa porque pensaba que la carne mas apreciada de ibérico de bellota era el kataro (la presa más el cabecero). Pero la más apreciada es la de lomo de Señorio de Montanera, que hacen como si fuera roast beef. Al derretirse un poco la grasa y marinarlo antes queda blanda y jugosísima. ¡Gracias cocineros de Nagoya!
La gente espera al metro en la misma estación en colas de distintos colores y según el color el tren va a un sitio u otro según los paneles en japones de igual color que los azulejos del suelo de cada cola. Si te confundes acabas en el sitio opuesto en menos que canta un gallo.
No puedo dar recomendaciones para comer en Nagoya porque he estado reunido con tres diferentes cocineros en el mismo sitio explicándome lo que valoran de la carne de ibérico en pureza de Señorío de Montanera.